No podré nunca olvidar las húmedas y frías noches de Diciembre en mi niñez. Adoraba ese mes porque finalmente podía usar mis pulloveres de cuello tortuga, el k más me gustaba era a rayas, azul marino, rojo bordo y blanco... Oscurecía antes y los rumores eran apagados por la falta de entusiasmo de estar fuera. Dentro en casa se respiraban los olores del frio, las tisanas de mi abuela, o la leche con chocolate caliente antes de dormir. Las frezadas k salían casi nunca de sus gigantescos naylon, la de mis abuelos era color violeta con una cenefa en raso lila pálido. La mia era solo ornamental porque no me gustaba usarla, sentia me asfixiaba, prefería la de ellos porque de usadita ya no picaba.. Los recuerdos de el árbol de navidad en la iglesia, los himnos natalicios, las ventanas cerradas y las medías largas para entrar a dormir. Mis abuelos hablaban del ayer, de los regalos, y las frutas, de las manzanas, de los turrones y las nueces, de las calles llenas de colores y algarabía cuando ellos eran jóvenes y en Cuba todavía se celebraba la Navidad..... Han pasado muchos años y ahora quiero dedicar estás navidades vintage de mis abuelos a todos ustedes porque si puedo escoger un momento mejor es el recuerdo junto a ellos cuando me llenaron la vida de amor y cariño..
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